Cosas de la vida real!

El Viernes en la tarde cuando iba en el camión que me llevaría a mi destino me topé con una escena muy lamentable… se subió al camión un señor de alrededor de 70 años totalmente ebrio, cabe señalar que su aspecto no era tan “zarrapastroso”, ya que iba limpio en su ropa y en su persona. Eso sí, iba casi encima de las personas que iban a su lado y ante el menor movimiento del camión sostenía su cuerpo con la señora de su lado izquierdo. Tenía un tipo tic que era “chupar” los dientes como muestra de molestia por los movimientos semi bruscos del camión.
Aunque yo creo que por tremenda borrachera no podía ni ver bien, eso no le obstaculizaba coquetear con las jovencitas…yo creo olvidándose de sus obvias 7 décadas y reviviendo sus 20.
Lo más molesto del asunto fue cuando un señor al que le cayó en la cabeza le quiso ceder su lugar y el borrachitoo no aceptó y hasta se molestó con él.
Pero eso no es el motivo por lo que escribo este blog, si no por lo que sucedió en el inter.
Antes de subirnos tanto el borrachito como yo, ya iba en el camión un “artista urbano”, cantando y pidiendo una “ayudita”, pues este canta autor no se bajó en cuanto terminó de pedir dinero, si no que se fue toooodo el camino acompañándonos con su fina presencia. Haciéndose el simpático empezó a hacer burla del señor en cuestión, a decirle bromas y a quererle sacar la cartera que llevaba casi de fuera.
El señor sin darse cuenta de la burla que estaba siendo objeto seguía coqueteando y “chupando” los dientes.
Al ver el artista frustrado que la gente se reía de lo que le hacía al señor siguió con su jocosa actitud…le dedicó una canción de su autoría en la que le decía entre otras cosas que habría de morir.
A pesar de que no tenía nada de graciosa su inspiración musical, lo sorprendente es que la gente se reía y se le quedaban viendo como esperando más espectáculo.
Y así fue, el canta autor siguió diciéndole cosas hasta el grado que usó su folclórico vocabulario mezclado con melodía.
Queriendo sacar partida de la ocasión, volvió a pedir una ayudita para las caguamas de “shmá”. Lástima para él que su público no lo admiraba tanto para darle una moneda.
Ya para bajarme, el señor que ya iba sentado, fue insultado por el seudo artista y hasta corrido como a algunas personas les gusta correr.
Simplemente no logro entender el por qué ridiculizar a otras personas sin importar hacer el ridículo tu.
He de confesar que, como hija de un alcohólico, no son para nada grata la presencia de gente que va tomada, mucho menos si ya van cayéndose de borrachos.
Aunque mi trauma va hasta el grado de “caerme mal” la gente que se nota que no le importa la vida de su familia ni su dignidad por el vicio del alcohol, no entiendo por qué hacer una parodia de su lamentable enfermedad.
Tristemente no es la primera vez que veo algo así, ya que me ha tocado ver como hay gente que le echa basura a los “teporochitos” tirados en la calle y soy testigo directa de cómo hay taxistas que les roban su dinero mientras estos luchan con poderse medio mantener de pie.
Aunque creí que ya había superado mis “demonios” del pasado, creo que esto va a ser una lucha por un buen tiempo, ya que aunque entre mis sentimientos se mezclan rabia, tristeza y a la vez lástima a quienes han vendido su vida al alcohol nunca podrán sacarme ni siquiera una ligera sonrisa quien hace mofa de su lastimera situación.